Factura completa y factura simplificada: ¿cuáles son las diferencias?

Factura completa y factura simplificada: ¿cuáles son las diferencias?

 

Descubre en qué se diferencian estos dos tipos de facturas

 

La factura completa y la factura simplificada: seguramente todas las empresas y clientes conocen la existencia de estos dos tipos de facturas, pero, ¿conocen y entienden las diferencias entre ambas?

Lo más probable es que no: fuera de los departamentos administrativos, pocas personas saben qué tienen en común y qué de diferente las facturas completas y simplificadas, pero lo cierto es que es muy recomendable conocerlas un poco mejor, en especial para aquellos que gestionan un negocio. Por eso, hoy queremos hablarte de ellas.

 

¿Qué es una factura completa?

 

La factura completa es la más sencilla de simplificar: es la factura tradicional, ordinaria, que todos hemos conocido siempre. Podríamos definir la factura completa como un documento en el que se registran todos los detalles de una operación comercial entre empresas o particulares.

Concretamente, en una factura completa encontraremos:

  • La numeración de la factura. Ha de ser específica y correlativa: cada factura debe tener su propio número, y este debe formar parte de una secuencia lógica dentro de la facturación anual.
  • Fecha de emisión. Es decir, la fecha en la que se ha preparado la factura. Puede ser a principios de mes, a finales, en los primeros quince días… dependerá de la empresa y el sector.
  • Razón social. La denominación legal y oficial tanto de la entidad que emite la factura como de quien la recibe.
  • Concepto de la factura. Un breve resumen del producto o servicio por cuya venta o prestación se emite la factura.
  • Importe desglosado de las transacciones comerciales.
  • Cuotas tributarias aplicables. Los impuestos que se aplican en esa transacción, y que generalmente serán el IVA y el IRPF.
  • Importe total. La cantidad que deberá abonar la entidad que recibe la factura.

 

¿Qué es una factura simplificada?

 

La factura simplificada es una versión más sencilla de la factura completa. La principal diferencia es que en las facturas simplificadas no se indican los datos fiscales de la persona o empresa que la recibe.

Esto no implica, por supuesto, que no haya requisitos. El principal de ellos es que las facturas simplificadas normalmente no pueden superar los 400€, IVA incluido, aunque es cierto que existen algunas excepciones en las que pueden emitirse facturas simplificadas por un importe de hasta 3.000€.

En las facturas simplificadas, como en las completas, siempre encontraremos los mismos apartados, a saber:

  • Numeración de la factura, con los mismos requisitos que en una factura completa.
  • Fecha de emisión.
  • Nombre o razón social y número de identificación fiscal (NIF) de la entidad o persona emisora.
  • Concepto de la factura.
  • Impuestos aplicables.
  • Importe total que deberá ser abonado.

 

Ahora que ya sabes cuáles son las diferencias entre la factura completa y la factura simplificada, podrás diferenciarlas con facilidad cuando te encuentres con cada una de ellas. Así, no correrás el riesgo de recibir un tipo de documento incorrecto después de una transacción comercial. Y, si eres autónomo, podrás hacerte a la idea de en qué situaciones deberías utilizar cada uno de los dos tipos de factura.

Si tienes dudas sobre esta o cualquier otra cuestión relacionada con tu negocio y necesitas los servicios de una asesoría fiscal, laboral, contable y mercantil experta, no lo dudes: contacta con Serval Nervión. Somos una asesoría de empresas en Bilbao y estamos aquí para ayudarte.

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